La celiaquía o enfermedad celíaca, es una enfermedad autoinmune, en la que existe una reacción del sistema inmune frente al gluten, una proteína que encontramos en cereales como el trigo, la cebada y el centeno. No es ni una alergia ni una intolerancia.
Con el paso del tiempo, si el consumo del gluten no cesa y se padece celiaquía, se va dañando el revestimiento del intestino delgado y puede conllevar una malabsorción de algunos nutrientes.
Ese daño intestinal puede causar síntomas como diarreas, fatiga o cansancio acentuado, hinchazón, pérdida de peso involuntaria y anemia.
En edades tempranas, en niños celíacos, esa falta de absorción puede implicar problemas en el crecimiento y desarrollo infantil, además de provocar los mismos síntomas que en los adultos.
La enfermedad celíaca no tiene cura, pero sí medidas dietéticas, o sea, una dieta sin gluten que puede ayudar a controlar los síntomas y a mejorar la calidad de vida. Así los daños intestinales pueden revertirse y volver a tener una buena absorción de nutrientes.
Los síntomas más comunes relacionados con el sistema digestivo, como hemos comentado son:
No obstante, muchos de los pacientes con celiaquía, tienen otros síntomas, extradigestivos como problemas dermatológicos, anemia por deficiencia de hierro, pérdida de densidad ósea o reblandecimiento del hueso, dolores de cabeza, úlceras en la boca, cansancio o fatiga, entre otros.
Hasta aquí sobre la enfermedad celíaca, pero existe otra patología llamada sensibilidad al gluten no celíaca. ¿En qué se diferencia a la celiaquía?
La sensibilidad al gluten no celíaca (SGNC) es una patología de la que se empezó a hablar a finales de los 70 pero que ha empezado a reconocerse desde el año 2011. No se sabe a ciencia cierta si es el gluten el causante de esta patología, por ello componentes del trigo o de otros cereales están siendo motivo de estudio también.
La sensibilidad al gluten no celíaca ocurre cuando la ingesta de gluten (en sospecha) provoca síntomas, generalmente digestivos, pero no hay reacción del sistema inmunológico como en la enfermedad celíaca, y tampoco se han visto consecuencias a largo plazo.
Lo único que realmente sabemos sobre esta patología es lo siguiente:
Y por último, la alergia al trigo. Otra patología completamente diferente. Esta sí es una reacción alérgica a los alimentos que contienen trigo.
La diferencia entre esta y la enfermedad celíaca es la siguiente: la alergia al trigo sucede cuando el cuerpo reacciona produciendo anticuerpos contra las proteínas del propio trigo. En la celiaquía, una proteína concreta del trigo, del centeno y la cebada, el gluten, es la que provoca una reacción del sistema inmunitario.
Aquí, el tratamiento parece sencillo, evitar el trigo, pero lo encontramos en muchos alimentos en los que no esperarías encontrarlo como la salsa de soja, dulces, helados por ejemplo. De ahí, la importancia de leer las etiquetas nutricionales de manera muy exhaustiva.
Como en cualquier otra reacción alérgica los síntomas pueden ser los siguientes:
Estas son las tres patologías que encontramos en relación al gluten y que pueden confundirse entre sí. Debemos hablar de cada una de ellas con sapiencia y conocimiento y diferenciarlas para poder actuar en consecuencia. Nuestra recomendación es acudir a un profesional de la salud y de la nutrición para adecuar la dieta lo mejor posible a cada patología. En Nutri2 somos especialistas en tratar este tipo de patologías: celiaquía, alergias e intolerancias digestivas. Cualquier cosa nos podéis escribir. Un saludo
