Una de las preguntas más escuchadas en la consulta sobre las grasas es esta, ¿por qué engordo grasa si apenas como grasa? Seguro que alguna vez se os ha pasado por la cabeza.
Escuchamos a nuestros amigos, familia y conocidos decir cosas como “la grasa engorda”, la grasa “te atasca las arterias” o “no comas grasas que te aumenta el colesterol”.
Por otro lado, empezamos a escuchar hace ya un tiempo conceptos como “grasas saludables” o “buenas para el corazón”. Recibimos tantísima información contradictoria por todos los lados que ya no sabemos a quién debemos escuchar o con qué información quedarnos. Entonces, ¿en qué quedamos?
La grasa, en la alimentación ha cobrado mala reputación. La verdad es que las grasas son necesarias e imprescindibles para nuestro organismo, pero sí es verdad que algunos tipos de grasas son más saludables que otros. La grasa, junto con las proteínas y los hidratos de carbono es uno de los macronutrientes que aportan energía en forma de calorías al cuerpo.
Cuando coloquialmente se habla de engordar, es cuando profesionalmente hacemos referencia a un aumento de peso en masa grasa. Para que esto suceda es necesario que ingiramos más energía (calorías) de las que gastamos. Cuando esto va acompañado de una vida mayormente sedentaria es cuando logramos un balance de energía positivo.
“Engordamos cuando comemos más calorías de las que gastamos”.
Da lo mismo que esas calorías ingeridas provengan de fuentes de grasa o no. De ahí que podamos “engordar” grasa aún comiendo pocas fuentes de este nutriente. El cuerpo tiene mecanismos de reserva de energía, que cuando metemos al cuerpo calorías que no vamos a gastar las reserva en forma de grasa corporal.
Lo importante es que el equilibrio nutricional sea el adecuado, que sepamos distinguir de las grasas saludables que sí deberíamos incluir en nuestra dieta habitual y las que no.
Si hacemos elecciones saludables ayudaremos a que nuestra salud cardiovascular y física en general sea la mejor posible. Una buena forma de cuidar nuestra salud sería centrarnos en incluir de manera habitual grasas saludables y preocuparnos por no incluir alimentos no saludables de forma habitual.
En nuestras manos está incluir en nuestra dieta alimentos que sean fuente de grasas “buenas” y dejar fuera de ella las grasas no saludables. Así ayudaremos a cuidar nuestra salud cardiovascular y a mantener una composición corporal lo más saludable posible.
De esta manera también disminuimos el riesgo de elevar los niveles de colesterol en sangre y reducir el riesgo de sufrir cualquier tipo de accidente cardiovascular.
Las grasas que sí consideramos saludables son:
Las grasas poliinsaturadas son aceites vegetales que son líquidos a temperatura ambiente.
Las grasas monoinsaturadas son aceites vegetales que también son líquidas a temperatura ambiente. Ejemplos: aceite de oliva (y aceitunas), aguacate. Pueden ayudar a disminuir el colesterol total y LDL, cuando reemplazan parcialmente a los ácidos grasos saturados.
El consejo que desde Nutri2 os damos es que os centréis en dejar fuera de la alimentación habitual alimentos ultraprocesados, alimentos que sean fuentes tanto de grasas no saludables como de azúcares libres. Que aumentéis si no lo hacéis así, el contenido de alimentos de origen vegetal (frutas, verduras y hortalizas) y os preocupéis por elegir alimentos que sean fuentes de grasas saludables como os hemos explicado.