Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el agua es vital para el cuerpo humano en cualquier etapa de la vida dado que ayuda a regular la temperatura corporal, manteniendo la piel hidratada, con su necesaria elasticidad, dando vida a las articulaciones y órganos y manteniendo una buena digestión. Por eso hablamos en esta entrada de la importancia de una buena hidratación y electrolitos.
Una de las graves consecuencias por una ingesta insuficiente de agua es la deshidratación. Su sintomatología depende del grado de deficiencia del agua pero, a modo general podría causar mareos, dolor de cabeza, debilidad y fatiga, boca seca y falta de apetito.
Como funciones principales del agua destacamos las siguientes:
El cuerpo pierde agua a través de la orina, heces, respiración y sudoración, cuando hablamos de personas con una vida sedentaria o moderadamente activa y bajo condiciones normales de temperatura.
Por este motivo, se recomienda consumir de 2 a 3 litros de agua diariamente aunque las necesidades pueden variar de acuerdo a edad, sexo, alimentación y tipo de actividad física.
Una manera muy sencilla de saber si estamos bien hidratados es fijándonos en las veces que vamos a orinar y el color de la misma. El color de la orina debe ser amarillo clarito, muy diluido y deberíamos tener una frecuencia de orinar de entre 5 y 8 veces al día.
El agua que necesitamos para cubrir las necesidades diarias la vamos a adquirir de los alimentos y bebidas que ingerimos, además de la que se produce por el metabolismo. Por lo esto es importante que todos los días nos dediquemos a tomar mínimo 2 litros de agua aproximadamente como parte de nuestros hábitos.
No sólo eso, además de la hidratación, el balance de electrolitos es importante, sobre todo en nutrición deportiva.
Durante cualquier actividad física, los electrolitos se pierden mediante el sudor y es necesario reponerlos mediante líquidos que los contengan. Por ello, los deportistas deben planificar su hidratación en función del tipo y duración de la actividad física.
Los electrolitos ayudan a regular el equilibrio de los líquidos del organismo. Los más destacados son el sodio, el cloro, magnesio y potasio. Si no los adquirimos en cantidades suficientes pueden producirse síntomas como calambres y debilidad entre otros.
Ayudan a:
La cantidad de agua que un deportista debe ingerir tiene que ser igual a la cantidad que pierde. Si no se consigue este equilibrio, es posible que tenga muy poca agua (deshidratación) o demasiada (hiperhidratación).
Para los deportistas, una buena hidratación y electrolitos es clave para un entrenamiento exitoso y rendimiento óptimo. Desde Nutri2, dietistas-nutricionistas en Pamplona, os dejamos el siguiente consejo. No dejéis que la sed sea lo que os recuerde el deber de ingerir líquidos. Cuando sentimos sed, es posible que estemos de camino a la deshidratación.
