La inflamación de bajo grado es la respuesta de nuestro organismo frente a una amenaza o a un daño. Una infección, una herida, un quemazón o un retorcijón de tobillo.
¿Cuáles son los síntomas de una infección?
Para que un proceso de daño tisular o en el organismo sea reparado estos síntomas, o sea, la inflamación es necesaria. Por lo tanto, podemos decir que la inflamación es buena para el organismo. Ocurre cuando el sistema inmunológico se prepara para atacar al agente nocivo, si existe, y movilizar así las herramientas necesarias para la curación.
Cuando esto ocurre en condiciones normales, en una persona sana, la amenaza o el daño se elimina, se reparan los tejidos que se han visto implicados y por último se dan los procesos antiinflamatorios para terminar de reparar el daño. Esta inflamación es la que llamamos inflamación aguda.
Cuando este proceso no cesa, es decir, se mantiene activo durante mucho tiempo es cuando realmente existe un problema grave. A eso le llamamos una inflamación de bajo grado, una inflamación que se sostiene en el tiempo.
Esta, no tiene por qué ir acompañada de un hinchazón o inflamación visible, pero el sistema inmunológico está alerta todo el tiempo. Como si hubiese un problema que no se termina de curar.
La inflamación crónica de bajo grado puede aumentar el riesgo de sufrir cáncer, diabetes mellitus, problemas cardiovasculares, depresión, patologías autoinmunes, entre otras.
Tiene la capacidad de afectar a cualquier parte del organismo, no implica solo daño en un órgano concreto sino que esa inflamación de bajo grado puede aparecer y afectar cualquier parte del cuerpo.
¿Por qué motivo puede aparecer una inflamación crónica de bajo grado? Pueden ser diversas las causas de esta inflamación, estás que comentamos a continuación pueden ser alguna de ellas.
No tenemos, por desgracia, un marcador concreto para poder medir la inflamación crónica de bajo grado. Muchas veces, en analíticas, podremos ver la proteína C-reactiva, indicadora de inflamación. Podríamos usar también el VSG (la velocidad de sedimentación globular) y otros marcadores analíticos.
Una inflamación crónica de bajo grado aparece a raíz de un conjunto de factores (anteriormente mencionados) causantes de esa inflamación permanente. Una inflamación puntual o aguda, al contrario, aparece por una infección o un daño concreto.
Lo primero deciros que queda mucha investigación por delante, pero el enfoque estaría en mejorar o controlar tanto el sistema metabólico como el inflamatorio. Habría que darle importancia a las terapias antiinflamatorias para lograr regular el sistema metabólico.
La mejor manera de empezar a mejorarlo sería una dieta antiinflamatoria, favoreciendo o aumentando la frecuencia de alimentos antiinflamatorios, antioxidantes y protectores y evitando la ingesta de alimentos proinflamatorios (alcohol, azúcares refinados, grasas no saludables, entre otros). Habrá que darle importancia a la actividad física, al deporte y también a la gestión de las emociones y del estrés o ansiedad si fuese el caso.
Desde Nutri2, dietistas-nutricionistas en Pamplona, te recomendamos que te pongas en manos de un profesional de la salud o dietista-nutricionista si quieres empezar una mejora de hábitos o hacer frente a alguno de esos causantes de una inflamación de bajo grado.