¿Qué es el SIBO?

2 agosto 2023

Son las siglas que en inglés significan “Small Intestine Bacterial Overgrowth”. En español, Sobrecrecimiento Bacteriano en el Intestino Delgado.

El SIBO es una condición gastrointestinal que ha ganado protagonismo en los últimos años. Se trata de una acumulación excesiva de bacterias en el intestino delgado, lo que lleva a diversos síntomas y problemas de salud. Aunque el SIBO puede afectar a personas de todas las edades, se ha convertido en una preocupación especialmente prominente en la comunidad médica debido a sus complicaciones y desafíos para el diagnóstico y tratamiento.

El intestino delgado es una parte importante del sistema digestivo donde ocurre la absorción de nutrientes de los alimentos. Normalmente, la cantidad y el tipo de bacterias en el intestino delgado son relativamente limitados. Sin embargo, el SIBO ocurre cuando hay un desequilibrio en la microbiota, lo que permite que las bacterias se multipliquen más allá de los niveles normales.

¿Qué causa el SIBO?

Las causas del SIBO pueden ser diversas. Entre ellas se encuentran el daño en las vellosidades intestinales debido a enfermedades como la enfermedad celíaca, problemas con el vaciado del estómago, cirugías abdominales previas, uso prolongado de medicamentos como los inhibidores de la bomba de protones, y trastornos de la motilidad intestinal, entre otros.

SIBO

¿Cuáles son los síntomas más comunes?

Los síntomas del SIBO pueden variar mucho entre una persona y otra, lo que dificulta su identificación temprana. Algunos de los síntomas más comunes incluyen hinchazón abdominal, distensión, flatulencia, diarrea o estreñimiento, fatiga y malestar general. La malabsorción de nutrientes también es común en esta condición, lo que puede llevar a deficiencias nutricionales y pérdida de peso involuntaria.

Diagnosticar el SIBO puede ser complicado debido a la variedad de síntomas y a que estos pueden coincidir con los de otras enfermedades gastrointestinales. Los médicos utilizan una combinación de historia clínica, análisis de sangre y pruebas de aliento. Sin embargo, aún existen desafíos en este proceso, y algunas personas pueden pasar por múltiples pruebas antes de obtener un diagnóstico concreto.

De todas formas, la manera más eficaz y menos invasiva de obtener el diagnóstico es la prueba del aliento. En Nutri2 realizamos este tipo de pruebas para diagnosticar SIBO, además de otras patologías o intolerancias.

El test de SIBO funciona de la siguiente manera. Estos test detectan, utilizando unas soluciones o jarabes de lactulosa o glucosa, la presencia de metano e hidrógeno en el aliento o el aire que se expulsa. Las bacterias que están en sobrecrecimiento

Una vez diagnosticado, el tratamiento del SIBO generalmente implica una combinación de enfoques. Los antibióticos son necesarios, ya que ayudan a eliminar las bacterias en exceso. Sin embargo, hay preocupaciones sobre el uso excesivo de antibióticos y su impacto en la microbiota intestinal. Es por eso que algunos médicos también recomiendan el uso de probióticos. El tercer pilar pero no por ello menos importante es la dieta a seguir una vez comenzado el tratamiento antibiótico. Es una dieta baja en azúcares fermentables (los llamados FODMAP). Esta dieta, realizada de manera correcta y con un seguimiento profesional, ayuda a mejorar el equilibrio en la microbiota, ya que por un tiempo se eliminan los azúcares fermentables de los que las bacterias se alimentan.

El manejo del SIBO puede necesitar una perspectiva de largo plazo, y es importante abordar las causas subyacentes que llevaron al desarrollo de la condición. En algunos casos, se pueden necesitar tratamientos adicionales para abordar problemas de motilidad intestinal o condiciones como la enfermedad celíaca.

Aunque no hay una fórmula garantizada para prevenir el SIBO, hay algunos hábitos saludables que pueden ayudar a mantener un intestino equilibrado. Estos incluyen mantener una dieta equilibrada y variada, evitar el uso excesivo de antibióticos y medicamentos que puedan afectar la flora intestinal, y reducir el estrés, ya que también está vinculado con problemas digestivos.

En conclusión, el SIBO es una afección compleja y multifacética que requiere una comprensión y enfoque cuidadoso para su diagnóstico y tratamiento. La investigación en curso sobre la microbiota intestinal y su impacto en la salud gastrointestinal seguirá siendo fundamental para mejorar la atención y el manejo del SIBO en el futuro.

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